La IA también sirve como Excusa: Caso ING - Iker Jiménez

En España se dice del cerdo: "Se aprovecha todo... hasta los andares". De la IA también se aprovecha TODO y ahora sirve como excusa de decisiones humanas si se convierten en erróneas, criticables o cuestionables
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado la forma en que las empresas toman decisiones, prometiendo mayor eficiencia y análisis de datos más precisos.
Sin embargo, su creciente uso también ha abierto la puerta a un fenómeno preocupante: utilizar la IA como excusa para justificar decisiones humanas cuestionables.
El reciente caso en España de ING, que retiró su publicidad de los programas de Iker Jiménez tras la difusión de información supuestamente no verificada sobre la DANA en Valencia, es un claro ejemplo de cómo la IA puede ser instrumentalizada para desviar la responsabilidad de decisiones claramente humanas que se vuelven controvertidas.
- El Caso ING: ¿Decisión Algorítmica o Justificación Estratégica?
- El Uso de la IA como Excusa: Un Fenómeno Creciente
- El Caso de Iker Jiménez: Impacto y Reacciones
- Cómo la IA Transforma la Responsabilidad en Ambigüedad
- Implicaciones Éticas y Reputacionales
- ¿Quién debe estar detrás de los Algoritmos?
- La IA como Herramienta, no como Excusa
El Caso ING: ¿Decisión Algorítmica o Justificación Estratégica?
Según ING, la decisión de retirar su publicidad de los programas "Horizonte" y "Cuarto Milenio" no fue tomada por un ser humano, sino por un algoritmo diseñado para identificar contenido polarizador en redes sociales.
Esta explicación busca desligar a la empresa de cualquier juicio moral o ético, presentando la acción como un mero resultado de datos objetivos procesados por un sistema automatizado.
Sin embargo, culpar a la IA plantea varias interrogantes clave:
Este uso de la IA como "cortina de humo" es problemático, ya que desvía la responsabilidad hacia una herramienta que, aunque poderosa, ni tiene ni se le otorga la capacidad de tomar decisiones éticamente informadas en ninguna empresa mínimamente seria.
El Uso de la IA como Excusa: Un Fenómeno Creciente
El caso de ING no es único.
Varias empresas han utilizado la IA como pretexto para justificar errores o decisiones controvertidas.

Esto plantea un dilema ético importante: ¿Hasta qué punto las empresas están utilizando la IA como un escudo para evitar asumir la responsabilidad?
Ejemplos recientes:
Estos casos subrayan un patrón preocupante: las empresas usan la IA no solo como herramienta, sino como un mero y socorrido pretexto para evitar enfrentar críticas públicas por sus decisiones.
El Caso de Iker Jiménez: Impacto y Reacciones
La retirada de la publicidad de ING generó una fuerte reacción. Ángel Gaitán, colaborador de Iker Jiménez, acusó al banco de no apoyar la libertad de expresión y anunció públicamente que cerraría sus cuentas.
Por otro lado, Mediaset, la cadena que emite los programas, decidió mantenerlos en antena, defendiendo su derecho a transmitir contenido de calidad, veraz y que por ello, atrae a una audiencia fiel y considerable que valora la excelencia de este tipo de contenidos.
Este incidente destaca cómo la IA puede ser utilizada como una herramienta conveniente, como mera excusa para justificar decisiones que podrían ser percibidas como censura o alineamiento con tendencias polémicas, sesgadas o sectáreas en redes sociales.
En lugar de asumir la decisión como una estrategia corporativa, ING trasladó la responsabilidad al algoritmo, evitando así una discusión directa y más profunda sobre los valores de marca que motivaron su acción.
Cómo la IA Transforma la Responsabilidad en Ambigüedad
El problema no radica en el uso de la IA, sino en la manera en que se utiliza para justificar decisiones humanas incorrectas o moralmente cuestionables.
La IA no tiene intencionalidad; simplemente ejecuta las tareas para las que ha sido diseñada.
Sin embargo, cuando una decisión humana resulta controversial, algunas empresas tienden a culpar al sistema, creando una zona gris de responsabilidad.

Implicaciones Éticas y Reputacionales
Este uso de la IA como excusa tiene implicaciones profundas:
¿Quién debe estar detrás de los Algoritmos?
La implementación y supervisión de los algoritmos plantea una cuestión crucial: ¿Quién debe asumir la responsabilidad por sus acciones y configuraciones?
Aunque los algoritmos son herramientas tecnológicas, sus decisiones no son autónomas; están diseñados, configurados y supervisados por equipos humanos. Por ello, es esencial establecer una estructura clara de responsabilidad en torno a su desarrollo y uso.
Detrás de cada algoritmo debe haber un equipo interdisciplinario de humanos responsables que garantice que las decisiones automatizadas sean éticas, transparentes y alineadas con los intereses de los usuarios y la sociedad.
La supervisión humana no solo es necesaria, sino obligatoria para evitar que las empresas utilicen la IA como excusa para evadir responsabilidades.
La IA como Herramienta, no como Excusa
La inteligencia artificial tiene un inmenso potencial para optimizar procesos y tomar decisiones basadas en datos, pero no debe utilizarse como un escudo para justificar errores humanos o decisiones éticamente cuestionables.
En el caso de ING, atribuir la retirada de publicidad a un algoritmo fue una manera de desviar la crítica, pero plantea preguntas importantes sobre cómo las empresas deben asumir la responsabilidad de sus acciones.
El verdadero problema no es la IA, sino cómo la utilizan las empresas para evadir su responsabilidad.
La inteligencia artificial debe ser vista como una herramienta que complementa el juicio humano, no como un sustituto que permita eludir las consecuencias de decisiones mal ejecutadas.
En última instancia, los consumidores esperan que las marcas actúen con transparencia, responsabilidad y valores sólidos, independientemente de las herramientas tecnológicas que utilicen.

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